sábado, 19 de junio de 2010

ORO

Recuerdo que leí este libro hará como dos años y creo que desde entonces, un pedacito de Miyuki vive en mí.

Miyuki es la protagonista de esta historia, una japonesa de madre galesa que acuerda con su novia que todos los años, cada una de ellas pasará quince días de vacaciones sin ponerse en contacto con la otra, de esta manera se echarían de menos lo suficiente como para seguir juntas otro año.

Y así lo hacen, pero mientras que Grindl se dedica a recorrer mundo, Miyuki vuelve todos los años al mismo pueblecito galés donde sus pocos habitantes ya la conocen como la chica japonesa o, más cariñosamente, como muslotes. Ya es un hecho conocido que siempre vuelva en la misma época.

Miyuki es así, una chica de rutinas y rarezas pero ese año, creerme si os digo que todo cambiará. Siempre bebe lo mismo, una pinta de Brains, siempre alquila la misma casa, donde siempre come spaghetti en lata y otras comidas poco saludables. Todos los años se propone leer los libros que no puede durante el resto del año, lo que viene siendo uno al día, y tiene una teoría curiosa sobre los estornudos, si estornudas cien veces sin que nadie te diga jesús corres el riesgo de morir, pero ya os adelanto que existen muchas formas de morir.

Pero si Miyuki resulta rara, no lo son menos los habitantes que la acompañan en sus vacaciones de verano, pero a ellos ya los descubriréis.

Sólo me queda deciros que os animéis a leerlo porque es una historia curiosa de un autor curioso. Una lectura amena que os sentará bien este verano.

Un saludo, Lola.

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