miércoles, 9 de junio de 2010

Qué he hecho yo para merecer esto?

No sé como me las arreglo pero siempre me pasa lo mismo, aunque a veces pienso que no soy yo, que es el mundo el que se alía en mi contra, por qué el señor del Círculo y mi librero de confianza se ponen de acuerdo para jugármela?, o a caso es que quieren ponerme a prueba?

Os cuento..., resulta que antes de irme de vacaciones empecé Las Edades de Lulú de Almudena Grandes, pero para mi semana de descanso ya tenía otros planes desde hacía tiempo, a saber: Un amante de ensueño y Lovebook. Acabé el primero de buen agrado y aún hoy, continúo con el segundo, que me está durando más de lo que pensaba aunque tampoco me importa. Hasta ahí todo bien. Hace unos días pensaba en abandonar Las Edades... porque me parecía demasiado explícito para mi gusto, pero luego pensé que también podría darle una oportunidad, qué libro no se merece una segunda oportunidad? -a eso se le llama ser un poco veleta, Lola- Vale, de momento todo bien, no?.

La cosa se empieza a torcer cuando hace dos días, el ya citado señor del Círculo -me da vergüenza reconocerlo pero ni siquiera sé como se llama a pesar de que nos hace visitas con bastante frecuencia- irrumpe en mi vida con La segunda vida de Bree Tanner, que no es que lo esperara con especial interés pero es que justo ese mismo día habíamos hablado de él en el café de la tarde, qué caprichoso es el destino, no creéis? -y a ti cómo te gusta tomarnos el pelo- Vale, con tres libros puedo, me digo a mí misma.

Pero hoy aparece mi librero, al que siempre espero como agua de mayo y recibo con una de mis mejores sonrisas aunque a veces no me corresponda, trayendo consigo Cazadores de Sombras III, después de esperarlo meses porque resultó que cuando lo pedimos, se equivocó, trajo el segundo que ya teníamos y no volvimos a saber de él hasta hoy.

Y en esas estoy, con cuatro si que no puedo, me va a tocar elegir..., con lo que me cuesta decidirme..., por qué la vida pone estos obstáculos en mi camino? como si no fuese suficiente sobrevivir a cada día...

Bueno, abatida ante la dura tarea que me espera, me despido. Viendo la botella medio llena..., tengo toda la noche para pensarlo. Ya os contaré.

Un saludo, Lola.

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