miércoles, 30 de marzo de 2011

EN ABRIL, EN QUÉ LEER

Pues si en entregas anteriores le revista me ha parecido un tanto flojilla, la de este mes parece cuanto menos interesante, al menos he podido apuntarme alguno títulos.

El primero es Solar de Ian McEwan, con sus cinco tinteros no podía hacer otra cosa que captar mi atención, pero claro mi problema es que no he leído nada del autor, aunque sí he estado tentada en varias ocasiones, en especial por Expiación, y no sé hasta qué punto sería aconsejable estrenarme precisamente con esta obra que se me antoja un pelín espesa, tiene a su favor el hecho de que un personaje al que se le califica de grotesco, mujeriego y perdedor, con la salvación del plantea en sus manos, resulte de lo más apetecible. Ahora parece que se han puesto de moda todas esta novelas sobre el cambio climático y el futuro que nos espera. Si tuviera que elegir, de momento gana Lágrimas en la lluvia de Rosa Montero, aunque parece un poco más de ciencia ficción, además coincide con que este mes será novedad en mi biblioteca de confianza, pero por favor, si alguien ya lo ha leído, agradecería por vuestra parte cualquier comentario al respecto.

Uno juvenil. Mentirosa de Justine Larbalestier, el argumento recuerda a la historia de Pedro y el Lobo, es decir que la protagonista, Micah, debe ser muy dada a las mentiras y el problema está cuando le llega la hora de decir la verdad y pretende que el lector se tome en serio lo que cuenta, o lo que es lo mismo, cuando trata de explicar la misteriosa muerte de su novio. Según la crítica de la revista, parece que la autora lo consigue bastante bien haciendo que el lector alcance un punto en que dude de todo o casi todo, hasta desvelar el misterio que no parece serlo tanto desde las primeras líneas de la novela. La conclusión a la que yo llego es que el misterio que ella propone no lo es tanto puesto se le ve el plumero desde el principio y es fácil de adivinar, pero que la duda que pretende sembrar en el lector está bastante lograda y que ahí es donde está la gracia de la novela. A mí me parece una buena opción pese a que ni Justine ni la revista estén por la labor de desvelar nada más al respecto de la trama.

Hay un reportaje bastante amplio y supongo que interesante, y sólo lo supongo porque no es que esta autora sea santo de mi devoción aunque imagino que sus seguidores querrán saberlo, sobre Jean Auel con motivo de la publicación de La tierra de las cuevas pintadas, la última entrega Hijos de la tierra. Y una entrevista a Maruja Torres que presenta su nueva novela policíaca Fácil de matar, quizá sea una buena alternativa a las novelas suecas de este género.

Un par de títulos más, Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea de la autora Annabel Pitcher y El que siembra sangre de Arne Dahl, tengo pendiente la primera entrega así que me parecía necesario apuntar que ya han publicado un segundo caso de esta unidad especial de policía. La portada es igual de llamativa que la que eligieron para la primera novela de Dahl.

Ah! y también es noticia la próxima publicación del segundo libro de John Verdon, espero acabar antes el primero, No abras los ojos.



Espero no haber pasado ningún otro por alto. Un saludo, Lola.

jueves, 24 de marzo de 2011

OJALÁ FUERA CIERTO

Mi segundo libro de Marc Levy. Una novela romántica con toques paranormales, en la misma línea que mi anterior. La otra que leí y no hace mucho, creo recordar que a mediados del año pasado, La próxima vez, sigue y seguirá siendo mi favorita, aunque a ésta le debo el haberme alegrado una semana que ya de por sí se presentaba aburrida desde sus comienzos.

Ojalá fuera cierto es la historia de Lauren, una joven médico interna que sufre un accidente de tráfico y queda en coma cerebral, meses después, su madre alquila el apartamento donde vivía a un joven arquitecto, Arthur. Una noche mientras Arthur está tomando un baño, oye ruidos en el armario y cuando se decide a abrir las puertas, se encuentra con una extraña que le cuenta una historia de fantasmas difícil de creer, hasta que obliga a Arthur a acompañarla a la habitación del hospital donde su cuerpo duerme. Una vez convencido, Arthur se siente en la obligación de ayudar a Lauren a encontrar una solución que le permita salir de su situación. No tienen desperdicio las conversaciones a tres bandas entre la pareja y Paul, el amigo de Arthur, ni las situaciones en las que están solos pero rodeados de gente. Pero por ponerle una pega, hay algo que me sobra y es la intervención de la madre de Arthur, nunca llegué a entender su filosofía hippie, aunque sí hay una carta que me gustó mucho, la última de ellas, si lo leéis entenderéis por qué, a mí me emocionó la honradez y la sinceridad con ella misma que muestra en cada una de sus palabras.

Marc Levy es un autor fácil de reconocer en sus libros porque tienen un aire especial, mágico. Son románticos, quizá demasiado, si es que se puede ser demasiado romántico, y un poco cursis pero a la vez envidiables pues daría lo que fuera por un amor así -además, por si no te habías dado cuenta Lola, es una actitud contagiosa porque nunca pensé oírte o leerte algo así-.

Pero al mismo tiempo producen una sensación de desasosiego e impotencia –lo estás volviendo a hacer, Lola- porque con Marc levy es todo tan ideal..., sus historias son ideales, sus personajes son ideales, lo que para ellos son defectos para cualquier otra persona son en realidad virtudes, siempre tienen la palabra o el gesto adecuado para cada momento y además, muestran una visión idealista de la realidad que les hace ser tan especiales..., parecen estar tan conformes con sus existencias..., que cuando termino de leer la novela en cuestión sólo puedo sentirme estafada pero, no por él ni por su novela, si no por la vida pues estoy convencida de que los amores que describe no existen en la vida real, al menos no en la mía. Nunca me he encontrado uno parecido, así que aquellos que lo tengáis, por favor aferraos a él como si fuera vuestro salvavidas en medio del océano, no conocéis vuestra suerte.

Intentaré quedarme con la parte positiva, más en una novela en la que la vida y lo que vivimos es tan importante, en la que vivir cada segundo como si realmente fuera el último es lo único que cuenta al final de cada día. Pero en esta historia también se habla de soledad, de la sensación de vacío que invade a las personas que no pueden compartir sus experiencias con otras personas. Y un tema bastante más peliagudo cuando llegado el momento, es hora de decidir qué hacer con una persona que no está viva pero que tampoco está muerta –creo que estas son las palabras exactas que se emplean- y se pierden las esperanzas. Me gustan los finales de Levy, en todos se adivina un continuará...-como un, no os preocupéis que la vida sigue y las cosas terminarán siendo como tienen que ser pero ahora es vuestro turno queridos lectores-.

Definitivamente, me encantan las historias de amor con final feliz, es un sentimiento contagioso y no me importa. Además, después de El club de la ducha es como cambiar del agua caliente al agua fría sin pasar por la templada. No podía haber elegido una lectura más opuesta a la anterior aunque creo que debería hacerlo más a menudo porque la sensación es, cuanto menos, curiosa.

Un saludo, Lola.

P.D: No encuentro la portada de mi edición, qué rabia!, así que pongo esta misma.
P.D.2: Por si os interesa La próxima vez http://qleersinoseqleer.blogspot.com/2010/05/la-proxima-vez.html

miércoles, 23 de marzo de 2011

LA FRASE DEL DÍA

-Ya no existo. Puedo verlos, pero me causa más dolor que placer. Quizá el purgatorio sea esto, una soledad eterna.


Ojalá fuera cierto. Marc Levy. Página 81.

lunes, 21 de marzo de 2011

El club de la lucha. La película

Antes de terminar el libro me aseguré de poder contar con la peli para cuando lo acabara y ya la tenía en casa desde hacía un par de días, así que el sábado tocó sesión de cine. Hace años que la vi pero no recordaba ciertas partes y pensé que ahora era un buen momento para verla y comprobar hasta qué punto se parecía al libro. Una vez leído el libro y vista la película tengo que decir que la primera parte de la trama es bastante fiel aunque no la parte final que en la película parece significar algo muy distinto a lo que para mí significó en el libro, y ni hablemos ya del desenlace final que el director debió tomar prestado de otro libro diferente. Y en cuanto al ambiente, bueno la verdad es que me gustó la parte sórdida de la historia que sí me recordaba al libro pero no creo que Palahniuk quisiera ser tan negro como resulta la película, no me pareció tan directo y tan bruto, quizá fuese por el toque cómico que consigue el autor, libre de toda maldad.

Luego me pasó una cosa curiosa, mientras leía el libro no paraba de imaginarme a Brad Pitt y a Edward Norton como los protagonistas de la novela de Palahniuk pero luego no sé por qué razón pero no me cuadraban. Bueno quizá Brad Pitt sí pero la actitud de Norton en la película era tan diferente a la persona que me imaginaba, la mía era un poco menos perversa, inocente o ignorante de la realidad.

Claro que con todo esto no quiero decir que la película no me guste, que sí, de hecho podría volver a verla sin problema, lo que digo es que no creo que sea comparable a la novela, hay muchos puntos que la hacen diferente.

Y con esto doy por zanjado el tema El club de la lucha, prometo no más entradas.

Un saludo, Lola.

miércoles, 16 de marzo de 2011

EL CLUB DE LA LUCHA

No sé cómo empezar la reseña de este libro puesto que la historia me parece tan surrealista que es difícil encontrar las palabras adecuadas...lo curioso es que incluso así he de decir que el libro me ha gustado bastante. La pena es que el final no me ha sorprendido lo que debería porque ya había visto la peli y aunque de eso hace ya tiempo, recordaba lo esencial.
He leído que la historia no es exactamente igual a la de la novela así que busqué la película que tengo en casa desde ayer, y aunque dicen que las comparaciones son odiosas también son inevitables.

La novela en sí parece construirse a partir de un conjunto de anécdotas aleatorias que se van intercalando y a través de las cuáles el autor trata de ilustrar el drama del protagonista. Bien es verdad que muchas de ellas son tremendas pero un mérito del autor es que las narra de tal forma que no pueden resultar más cómicas, mérito añadido al protagonista por llevarlas a cabo. El episodio de los perfumes adulterados, la práctica de los sabotajes gastronómicos, la forma en que obtienen la grasa para la fabricación de los jabones, la asistencia a los grupos de apoyo, son sólo algunas de ellas.


Pero a parte de esto creo que os debo algo del argumento. Todo comienza el día en que el protagonista conoce a Tyler Durden, éste le hace ver que la vida que lleva no es la que en realidad desea y que sólo podrá cambiar este hecho empezando de cero, pero no en sentido metafórico ni en plan necesito un cambio en mi vida, el plan pasa por acabar con todo lo que tiene incluyéndole a él mismo, creo que la frase que emplea es algo así como sólo podrás renacer a través de la autodestrucción. Y así nace el club de la lucha, al principio creo que es la vía que utiliza el personaje para conocerse, para tomar conciencia de las reacciones de su cuerpo tanto física como emocionalmente, de saber dónde están los límites de la resistencia humana en todos los sentidos pero luego pasa a ser como una forma de luchar contra todo aquello con lo que está disconforme en la vida, una forma un tanto radical, pero una forma de rendir cuentas si se mira desde otra perspectiva. Según avanza la trama todo empieza a desmadrarse y el objetivo pasa a ser la humanidad, o más bien el sistema que la rige, el consumismo descontrolado e innecesario, la cultura, por lo menos eso lo que entiendo yo. Otra parte importante de la historia es el problema del protagonista con el insomnio, si hay algo con lo que me quedo de este libro es con la forma en la que el autor describe días, semanas y meses sin dormir, la angustia y la desesperación que ello supone y todo gracias al empleo de frases cortas. La solución para conciliar el sueño consiste en acudir a grupos de autoayuda para personas con enfermedades pero no le basta con ir como espectador sino que el protagonista necesita hacerse pasar por uno de estos enfermos. Así es como conoce al tercer ángulo de este trío, Marla Singer, otra como él. En esta primera parte de la novela da la sensación de que los personajes necesitan estar en contacto directo con la muerte para sentirse vivos, como una forma de apreciar sus existencias. Luego la verdad es que tienen cosas más importantes de las que ocuparse.

La idea que uno puede hacerse del protagonista es la de un hombre que siempre ha hecho lo que se suponía que debía hacer pero sin que eso fuera lo que en verdad querría haber hecho, ahora llega el momento en que no sabe cuál es el siguiente paso a dar en su vida, el mismo momento en que aparece Tyler con su filosofía extrema pero encarnando un modelo a seguir, no el más adecuado pero en definitiva un modelo que nunca tuvo. Al mismo tiempo, a través de Tyler es libre de hacer lo que no puede hacer por sí mismo, aunque tampoco sea la manera más adecuada de actuar.
Dicho esto, sólo me queda añadir que dónde termina el protagonista es dónde debería haber estado mucho tiempo antes.

Y una punte personal -qué pasa Lola que todo lo anterior no han sido apuntes personales?-, llegado el momento y lo que me queda de todo lo leído, es que puedo entender y me parece entendible que lo que se describe en la novela sea la forma de pensar y de actuar de una persona traumatizada desde su infancia. Puedo aceptarlo como el caso aislado de una persona enferma que necesita ayuda psíquica, pero lo que no soy capaz de concebir es que tantas personas le sigan y crean en él y en lo que dice. Tantas personas necesitan desahogo?

Más allá de estas profundidades, no sólo recomiendo este libro si no que no descarto leer otros de Chuck Palahniuk, hablan muy bien de Asfixia.

Un saludo, Lola.

-P. D: Vaya Lola viendo la extensión de la reseña quién podría imaginar que no sabías cómo empezarla!-

viernes, 11 de marzo de 2011

LA FRASE DEL DÍA

Lo que ves en el club de la lucha es una generación de hombres criados por mujeres.

El club de la lucha. Chuk Palahniuk. Página 61.



No soy capaz de descifrar el significado exacto de esta frase en lo que se refiere a las motivaciones que llevan a estos hombres a luchar entre ellos por pura diversión, en una especie de autodestrucción que les llevaría a conocerse mejor a si mismos, que les permite desahogarse del mundo rutinario que les rodea de lunes a sábado. Pero me hubiese encantado ver cómo desarrollaba el autor esta idea.

lunes, 7 de marzo de 2011

JUNIO 2011

Como cuando hace frío lo que apetece es pensar en el verano, llevo un par de días dándole vueltas a los libros con los que quiero cargar este año a dónde quiera que decida mi padre llevarnos de vacaciones. Pues resulta que un año, hace ya dos, en mi familia surgió la brillante idea de que nos merecíamos una semana de playa en junio. Así que desde hace un par de veranos, esa semana se ha convertido en nuestras particulares vacaciones playeras en plan familia feliz. No puedo negar que lo pasamos bien pero necesito llevarme algo para leer y desconectar.

Esto ya es toda una tradición familiar como también es una tradición personal que uno de los libros que me llevo sea de Sherrilyn Kenyon. No sé por qué pero ya sólo me apetece leer sobre las aventuras y desventuras de los Cazadores Oscuros en la playa, en el mes de junio. Creedme si os digo que tengo dos o tres sin empezar que he ido comprando y acumulando siempre pensando en estas vacaciones. Ni siquiera soy capaz de leerlos en las de agosto, sólo en las de junio, empiezo a creer que hay una fuerza oscura y misteriosa que de verdad me lo impide. Este año creo que me decidiré por el último que publicó, El diablo puede llorar. No sé qué contaros sobre el argumento, si conocéis algo de esta autora es más de lo mismo, pero es que me encanta, no lo puedo evitar. Casi mejor que luego os de mi opinión.

Ahora que las dudas que tengo están en el otro pues mi idea es llevarme un par de ellos, siempre lo hago porque me da la impresión de que uno será poco, más teniendo todo el tiempo del mundo libre. Lamentaría que después de estar allí me quedara sin lectura y tuviera que buscar una librería a la desesperada -no puedo más, no pensaba intervenir pero no crees que exageras, siempre podrás echarle un ojo a alguna de las revistas que seguro tu madre comprará-. Bueno, el caso es que el libro en cuestión no debería ser muy grueso ni física ni emocionalmente, porque si llegara a empezarlo esa semana también tendría que acabarlo esa semana -otra manía para la colección?-.

Estos últimos días me he estado fijando en las devoluciones que hacen los usuarios de mi biblioteca de confianza y me apunté El juego del ahorcado de Imma Turbau, luego miré opiniones en Internet y no parece estar muy mal aunque las hay para todos los gustos. Por otro lado, hay dos incluidos en sus novedades para este mes que me llamaron la atención especialmente Willow de Julia Hoban, aunque viendo el argumento, la historia me parece un tanto dramática pero aun así lo suficientemente bonita como para darle la oportunidad, y Tres deseos de Jackson Pearce sobre una joven a la que su novio deja cuando se da cuenta de que es gay, tras este mazazo el destino le envía un genio para que cumpla los tres deseos que ella elija, según lo que pone aquí, el genio en cuestión no tiene desperdicio pero a Viola no se le ocurre nada que pedirle, la cosa promete. Los dos son libros juveniles que puede que como lectura ligera de semana de junio en la playa no estén del todo mal. No sé, también puedo optar por mi siempre socorrida Amelie Nothomb.

Sigo pensando, Lola.

P.D: como hasta junio aún queda tiempo, se admiten sugerencias.

miércoles, 2 de marzo de 2011

MORIR A LOS 27. Joseph Gelinek

Justo antes de comer terminé de leer el libro, así que estaba que me subía por las paredes ante la sola idea de tener que esperar para escribir esto, pero mejor os pongo primero en antecedentes.

Descubrí Morir a los 27 un día como otro cualquiera, no recuerdo que tuviera nada de especial, y si me interesé por él fue por un motivo un tanto macabro -está bien que lo reconozcas Lola, no pasa nada, te querremos igual-. El título ya es bastante impactante por sí solo, morir a los 27, pero cuando leí la trasera y descubrí que hacía referencia a la casualidad que había llevado a varios artistas de éxito a morir a los 27 años...la curiosidad por esta especie de maldición me terminó de convencer. Mi interés fue creciendo cuando además supe que este autor había escrito otras novelas como La Décima Sinfonía o El violín del diablo, no porque las hubiera leído si no porque las había visto en infinidad de ocasiones en mi biblioteca de confianza, también es verdad que la temática nunca me había llamado la atención lo suficiente como para plantearme leerlo. El estirado mundo de la música clásica. Pero esta vez era distinto. Además se sumaba un dato revelador que había encontrado como por casualidad sobre la verdadera identidad de Joseph Gelinek.

La novela empieza el mismo día en que termina la vida de John Lennon a manos de Mark David Chapman, a las puestas del Edificio Dakota, en Nueva York, el 8 de diciembre de 1980. Incluso el estilo que emplea el autor es bastante peculiar porque nos convierte en espectadores de un episodio en el que ya sabemos lo que pasará, sólo los protagonistas lo ignoran. La verdad es que esta introducción me hizo pensar en la cantidad de cosas que se pueden hacer a lo largo del día sin saber que podrían ser las últimas, o cómo el hecho de hacerlas o no puede ser decisivo para el desenlace. Es trágico pero, al mismo tiempo, curioso. Sabéis la mítica foto en la que Lennon aparece desnudo abrazado a Yoko...? pues se la hicieron ese día. Yo no la había visto antes, la verdad es que me pilla un poco joven pero la vi hace poco en televisión, últimamente creo que me persigue el fantasma de Lennon . Esta mañana me ha pasado una cosa muy curiosa a ese respecto, luego os cuento.

Pero volviendo al tema que nos ocupa. Después de esta Intro, la historia continúa en Madrid, una tarde de junio de 2010, en el Estadio Santiago Bernabéu, durante un concierto de la banda The Walrus. Su cantante, John Winston, mucho más que seguidor de Lennon, es considerado su heredero. Su éxito y talento son reconocidos y compartidos por parte de miles de fans y horas después del concierto aparece asesinado a balazos en la habitación que ocupa en uno de los hoteles más importantes de la capital española, a la edad de 27 años. A partir de ahí el policía de la UDEV, Raúl Perdomo y el subinspector Villanueva serán los encargados de esclarecer el misterio que rodeará la muerte del cantante que parece haber ingresado en el Club. Con este comienzo ni se me pasó por la cabeza abandonar, necesitaba saber más, además la figura de Winston resulta ser al fin hipnótica.

Mi opinión respecto a la novela es un poco contradictoria, aunque no estoy segura de poder calificarlo de esa manera, o de que ese calificativo sea el más adecuado para mi situación, en realidad es más una cuestión de sentimientos encontrados, -a qué esperas para explicarte, Lolita?-. En realidad es fácil, si tuviera que recomendar esta novela, lo haría sin dudar, pero no por la originalidad de la novela o por el magnetismo de los personajes si no por todo el trasfondo que crea el autor. La historia me parece bastante normalita aunque Gelinek trata de aderezarla con algunos toques esotéricos, y otros detectives como Petra Delicado o la pareja de Lorenzo Silva no tendrían nada que envidiar a este Raúl Perdomo, quiero decir que el policía no tiene nada de especial. En realidad ninguno de los personajes. La única que aporta un poco de color es la periodista y crítica musical Amanda Torres y eso que me resulta la más detestable de todos. Además el autor aporta los datos justos y necesarios para tener una idea general de ellos tanto física como personalmente, así que no podríamos encariñarnos con ninguno aunque quisiéramos. Pero es que el autor crea un anecdotario tan bueno en torno al mundo de la música pop que sólo por eso, la novela sería imprescindible. No os podéis llegar a imaginar todo lo que he podido aprender sobre este mundillo, es fascinante, curiosidades sobre grupos, artistas, canciones, muertes, separaciones profesionales..., sobre la existencia de El Club de los 27, además de algunos datos sobre métodos de investigación criminal. También ha cambiado la imagen que tenía sobre los Beatles y sobre Lennon, idealizada quizá por el desconocimiento y por el tiempo. Podría haber aprendido jugadas de póquer, a quién le guste este juego seguro que disfruta, he de reconocer que ha sido la parte más emocionante. Hasta me he sonreído recordándome a mí misma rebobinando una cinta de casete con un boli o intentando volver a meter la tira de plástico cuando se salía o se doblaba, igual a cómo lo hace Perdomo. También es verdad que el autor apuesta sobre seguro relacionando la historia con un género musical tan popular y cercano, os he hablado ya de los estirados de la música clásica? –no me hagáis caso, es una pequeña e inocente broma, no me lo tengáis en cuenta, por favor-. Quiero decir común, tan al alcance de la mano que es sencillo interesarse o investigar sobre lo que apunta.

Gelinek también aprovecha para sacar otros temas más peliagudos como el de la piratería. Critica la importancia que se le da a la imagen y al marketing sobre las letras o las melodías de las canciones y cuestiona la fea costumbre de la naturaleza humana de reconocer y hablar bien de los artistas, sobre todo cuando ya han muerto.

Para terminar he de reconocer que el final me ha gustado bastante quizá por lo triste, absurdo e inexplicable que resulta ser todo, al menos desde un punto de vista externo. Resulta increíble darse cuenta de las cosas que puede llegar a hacer una persona por la fama y el reconocimiento. Ya me contaréis cuando lo leáis pero ya os adelanto que es para pensar. Seguro que os sorprende.

Un saludo, Lola.

P. D: Yo me quedo con las Notas del Autor, resulta que los títulos de los capítulos se corresponden con canciones y resulta que esas canciones tiene su historia.

P.D. 2: Tened Internet a mano, yo no pude resistirme a la tentación de buscar un par de cosillas, como la última foto de Lennon, a que no sabéis junto a quién aparece en la instantánea?