jueves, 29 de septiembre de 2011

EN OCTUBRE, EN MI LISTA DE PENDIENTES

Pues resulta que hoy recibían nuevo pedido en mi biblioteca de confianza. No he podido evitar echarle un vistazo. Abusando de mis influencias -otro favor que debes, Lola-. Y por lo poco que he podido ver, de entre todos los que había, el que más me ha llamado la atención, sin pensar ni por un momento que ya conocía de antes a este autor aunque sólo fuera de oídas, es La mujer de papel de Guillaume Russo. Sí, el mismo autor de ¿Qué haría yo sin ti?, y sí, el mismo libro que he tenido mil veces en las manos pero que nunca me había atraído lo suficiente como para decidirme a leerlo, pero el caso es que la historia de La mujer de papel me resulta tan misteriosa, mágica, entrañable... que no he parado de darle vueltas en toda la tarde. De esta novela, lo poco que sé y no quiero saber más, es que el protagonista es un escritor que debido a un fracaso amoroso, nada menos que la pérdida del amor de su vida, cae en una profunda depresión que le deja sin inspiración para escribir su nueva obra y al que un día se le aparece la heroína de sus historias. Al poco, ambos descubren que si él no escribe su novela, ella morirá.

Me encanta, es una historia que se antoja muy fantasiosa pero que, supongo, conservará todo el realismo de la vida cotidiana. También me suena a aventuras, pues juntos emprenderán un viaje en busca del amor.

No sé qué tal sería la primera novela, pero creo que será más que probable que pronto lea ésta.

Un saludo, Lola.

martes, 20 de septiembre de 2011

CASTILLO DE ARENA. Frederik Peeters y Pierre Oscar Lévy

Este pasado fin de semana me marchaba de viaje y no iba a tener mucho tiempo para dedicarme a Dinero Fácil así que, buscando una alternativa digna y adecuada a mi circunstancia y casi por casualidad, encontré este cómic de Frederik Peeters que adelanto, me ha sorprendido lo suficiente como para llevar un par de días pensando en él. Ya conocía a Peeters y ya había leído otras obras suyas como Píldoras azules y Dándole Vueltas con buen resultado así que nada podía fallar
- otra vez apostando sobre seguro, Lola? -.

Castillo de arena es una novela gráfica en la que el dibujo prevalece sobre el texto aunque ambos se combinan de manera extraordinaria, que narra una historia más que surrealista en la podríamos decir que el calificativo buñuelesco adquiere todo su sentido, de hecho en la parte posterior de la portada la comparan con El ángel exterminador, y que termina por resultar extraña pues no es la historia que uno podría esperar, de ahí su encanto. Me ha entusiasmado la ilustración en esta obra pues puedes pasarte minutos enteros - horas me parece un poco exagerado, aunque podría ser - observando cada una de sus viñetas, pero he de decir que los trazos, - que serán...a plumilla?, no estoy muy puesta en la técnica -, y el blanco y negro hacen que en ocasiones el dibujo se pierda y cueste un poco seguirlo, una lástima.

Todo comienza en una pequeña cala, dos familias se disponen a pasar un soleado día de playa cuando descubren en el agua el cadáver de una joven desnuda. Los primeros prejuicios parecen indicar que un hombre árabe podría ser el culpable. A ellos se les van uniendo otros personajes a lo largo de la trama pero es a partir de ese momento, cuando empiezan a ocurrir cosas extrañas que los implicarán a todos y cada uno de los allí presentes. Lo que ocurre después, es difícil de contar y es mejor que así sea para mantener el suspense en el lector.

Detrás de todo esto, las alegorías y las metáforas parecen estar muy presentes en toda la obra. A mi modo de ver, creo que la historia hace alusión al paso del tiempo, a la forma en que lo empleamos, bien o mal, aún siendo conocedores de lo cercano e inevitable del final. En definitiva, todo es cuestión de prioridades. De cualquier manera da qué pensar pues parece que tenemos todo el tiempo del mundo por delante, y muchas veces no sabemos disfrutar de las cosas que realmente merecen la pena. Por otro lado, en esta obra están muy presentes temas como el racismo, la religión, las relaciones personales y familiares, la enfermedad o el sentido de crecimiento personal o individual, los sentimientos que se desarrollan a distintas edades. Está muy bien porque es fácil apreciar todo esto en muy pocas páginas.

Página 70.

Un cómic de lo más recomendable aunque mi favorito siga siendo Píldoras azules.

Un saludo, Lola.

martes, 13 de septiembre de 2011

3 metros sobre el cielo. Fernando González Molina

Casi sin pretenderlo, llegó a mis manos está película y ya que no mostré mucha iniciativa cuando la estrenaron en el cine... me pareció buena idea verla en una noche como la de ayer en la que, por otra parte, el panorama televisivo y de ocio no animaba a mucho más. Así que podría decirse que fui víctima de un cúmulo de casualidades. Genial.

Creo que no hace falta decir mucho en cuanto a la trama, ni que está basada en la novela de Moccia cuya fama y ventas han subido como la espuma. Babi es una joven de clase alta que estudia en un buen instituto, y que en definitiva tiene lo que podría resumirse como una vida feliz e idílica pero que va a enamorarse de un macarrilla con bastante fama apodado H al que le gustan las motos, las carreras ilegales y los líos. Lo que da como resultado una bonita historia de amor adolescente y unos padres para nada contentos, los de ella, claro.

Una vez vista no estaba muy segura de lo que en su día escribí sobre esta película, sí recuerdo que fue cuando la estrenaron. Así que si ayer vi la película, hoy tocaba hacer memoria - te refieres a recuperar esa entrada?. La noticia del día. Estreno de 3MSC -. Y la verdad es que no puedo estar más de acuerdo con mis ideas de entonces, la chulería italiana no tiene nada que ver con la española, aunque Mario Casas, que es por el que más temía, logra hacer de H un rebelde, con o sin causa, bastante entrañable, adorable si me apuráis. Lo que no quita que, en general, algunas escenas parezcan un poco sobre actuadas. El peor personaje, el que menos me gustó, y tengo que decirlo pues desentona de manera escandalosa y si no lo hago reviento, igual si no lo dijera os darías cuenta, es el que interpreta Luis Fernández, el "Chino". Es pésimo. EL peor papel de su vida.

Pero por lo demás me resultó bastante fiel, reproduce muy bien el ambiente que recordaba de la novela, así que supongo que dentro de las limitaciones, la adaptación está bastante bien. Cuenta con muchas caras conocidas del cine y la televisión españoles.

En definitiva, me ha gustado verla pese a que partía con cierto escepticismo y pretendía ser bastante crítica cuando me decidí - ya Lola pero tampoco es que tuvieran que rogarte mucho por verla o ponerte una pistola en el pecho -. Así pues animo a que rueden la segunda parte aunque prefiera las versiones italianas que se hicieran en su día y que, ahora que lo pienso, podrían haber doblado al castellano como hicieran con Perdona si te llamo amor.

Aún no se la he devuelto a su dueño, según los planes que surjan para el fin de semana igual vuelvo a verla por si capto algún matiz más en la interpretación de sus actores. Es broma.

Un saludo, Lola.

lunes, 12 de septiembre de 2011

SOY CHARLOTTE SIMMONS. TOM WOLFE

Pues sí, al fin lo conseguí. Éste tenía que ser mi verano, en realidad, su verano, el verano en que no podía regresar sin haber leído Soy Charlotte Simmons. Y sé que sonará duro, es cierto que tiene sus cosas interesantes, pero es que según leía no creía que mereciera la pena tanta página hasta que al final, contradicciones de la vida, me faltaron capítulos. Digo más, creo que si hubiera una segunda parte que continuara a partir del final de esta novela, esa sí que sería mi novela. Pero no quiero adelantar acontecimientos. Empiezo.

Este verano fui testigo de la cruda y escalofriante historia de Charlotte, una joven inocente y virginal, un portento de niña, que tendrá que enfrentarse al mundo que le espera al otro lado de sus montañas natales. Tras su graduación, Charlotte abandonará Sparta, Carolina del Norte, para alcanzar el paraíso intelectual que representa Dupont, y formar parte de la comunidad por la que tanto ha luchado y por la que ha tenido que sufrir el rechazo y la marginación de sus compañeros de instituto. Y todo hay que decirlo, gracias al cual podrá alejarse de la mediocridad entre la que ha crecido para al fin triunfar. Pero las cosas no son siempre como uno espera y tras superar del impacto inicial, bueno no del todo, trata de encajar pero, a quién quiere engañar?, siempre será la listilla sureña destinada a la soledad. A menos que esté dispuesta a pagar el precio de la aceptación social aún sabiendo que supone dejar de lado sus valores personales.

También es la historia de Hoyt Thorpe, un guaperas de renombre que pertenece a la hermandad más famosa de Dupont, y que es la imagen de la élite americana que cree que pertenecer a una importante universidad debe ser parte de su identidad y una marca de su superioridad para con el resto de los mortales. Un joven que tiene asumido que con solo pronunciar ese nombre se ganará la admiración de sus oyentes y todas las puertas se abrirán a su paso sin que eso requiera un esfuerzo previo por su parte. Para qué estudiar si nada más graduarse, las empresas más importantes del país se pelearán porque Hoyt Thorpe forme parte de su plantilla, mejor dedicarse a las juergas nocturnas y las chicas.

Y de Jojo Johanssen, el segundo más alto del equipo de baloncesto de Dupont, que ahora ve peligrar su titularidad con la llegada de nuevos jugadores más jóvenes y más agresivos. Jojo procede de una familia de clase media que siempre vivió a la sombra de su hermano y que vio en el baloncesto la única manera de destacar. Él será el encargado de mostrarnos todo el negocio montado alrededor del deporte universitario pues pertenece a una clase de alumnos que disfrutan de más de un privilegio, no sólo académico, con el único objetivo de que lo den todo en la cancha. Pero este año Jojo decidirá cambiar el rumbo de su vida y está dispuesto a sacrificarse así que tendrá que luchar por partida doble.

Y completando el reparto, Adam Gellin cansado de luchar por su causa desde que era un crío y por la beca gracias a la cual puede permitirse estudiar en una universidad como Dupont, pero que aún así se ve obligado a vivir en un cuchitril a las afueras del campus que paga repartiendo pizzas y tutorizando a alumnos deportistas. Adam es el típico empollón que escribe en el periódico de la universidad y que forma parte, junto a otros estudiantes, de un grupo de debate llamado los Mutantes del Milenio, la generación futura que sacará al mundo de la ignorancia. Es un tanto rarito, pero nada entrañable pues, a mi parecer, peca de prepotencia, aunque en los demás aspectos sea bastante acomplejado. El reconocimiento intelectual que merece Adam parece no llegar nunca. Y no podíamos olvidarnos de Beverly Amory, la compañera de habitación de Charlotte con la que empezó con mal pie desde que puso el primero en la residencia para estudiantes de primer curso. Beverly es la niña de familia bien, caprichosa y deslenguada pero con éxito social que a Charlotte no le importaría ser. Tiene que reconocer que sabe desenvolverse, sabe comportarse, que tiene recursos, aunque en el fondo no sea más que otro espíritu atormentado de los muchos que conviven en esa residencia.

Todos estos personajes resumen la juventud que retrata Ton Wolfe en su novela. Ante este panorama es fácil despistarse y según nos enseña el autor, parece ser que en la vida sólo se aprende a base de golpes. En Dupont, los cinco jóvenes verán mezcladas sus vidas, siempre entorno a Charlotte, y sin saberlo serán víctimas de la envidia, los chantajes y sed de venganza de una sociedad que parece corrompida y carente de valores, pero mientras tanto participan en una carrera contra reloj por alcanzar el éxito social y el reconocimiento de sus congéneres, aunque al final sólo demuestren que son simple jóvenes perdidos en una etapa vital de transición, confusión y descubrimiento de uno mismo.

Respecto a la polémica sobre la que he leído en relación a lo que pretendía Tom Wolfe con su novela, en verdad no me pareció tanto una crítica al sistema educativo, y si lo es no sólo sería del universitario y no sólo del americano, si no que más bien trata de criticar a la sociedad americana, puede que incluso a la del resto del mundo. Queda claro el elitismo de sus universidades, nada alarmante puesto que es conocido por todos, a fin de cuentas estamos hartos de ver en películas a qué se dedican sus estudiantes, y su afán recaudador que pasa por priorizar aquello que aporta más dinero a las arcas de la institución, pero yo creo que en realidad el autor trata de dar importancia, por encima de todo, a los sentimientos en una edad complicada, por otro lado fácil de manejar y manipular por parte de los adultos. El caso es que es una valoración de todo un comportamiento humano, de sentimientos universales con multitud de matices, nunca creí que hubiera tantos, y de relaciones personales. Al lado de todo esto, el hecho de si sus universidades viven de su fama y de si favorecen a ciertos alumnos, de si en realidad esas universidades no están a la altura de las expectativas o de la élite que prometen en sus folletos publicitarios casi deja de importar.

La sociedad de Wolfe es una sociedad caracterizada por la doble moral, el sarcasmo, la hipocresía y, lo que más me ha sorprendido, el egoísmo individual. El alcohol, las drogas y el sexo como vías para alcanzar la aceptación social y la etapa universitaria como un momento de experimentación en el que uno puede hacer lo que desee con una libertad casi adulta sin importar las consecuencias. Lo peor de todo es que pese a parecer un estereotipo y por eso quizá nos pase inadvertido, sólo es necesario pararse en mitad de la calle y escuchar, prestar un poco de atención, para darse cuenta de que los jóvenes de hoy son así. Hay que tener personalidad para sobrevivir.

Algo que no me gusta de la visión que ofrece Wolfe de los personajes femeninos es que se presentan como damiselas en apuros, carentes de personalidad, que necesitan de la ayuda de ellos, de su virilidad, para sobrevivir. Ellos son sus salvadores, los que toman las riendas en los momentos de necesidad, en los momentos en que ellas han tirado la toalla y necesitan de su presencia masculina para reaccionar. Mientras que ellas ante una situación similar pero a la inversa se ven desbordadas.

Sólo dos cosas más, en cuanto al personaje de Charlotte me parece una niña carismática, ajena a las maldades del resto del mundo, pero es curioso observar su transición, resume a la perfección la idea de que siempre creemos y es algo que nos consuela, que hay un escalón por debajo de nosotros, por otro lado me resulta admirable su afán por cambiar aquello de su vida que no le satisface. Por otro lado está Jojo que pese a pertenecer a un mundillo en el que se requiere cierta picardía, me parece que es el único personaje sin dobles sentidos, limpio en sus sentimientos.

Es una historia entretenida, fácil de leer, que trata de conectar con nuestro lado más juvenil pero con algunos monólogos realmente soporíferos pese a que sean el recurso empleado para darnos a conocer al personaje. A mí desde luego me desilusionó porque la parte de la historia que realmente me interesaba y esperaba, no llega hasta el último capítulo pero eso creo que aún siento que me sobró todo lo anterior.

Un saludo, Lola.

P.D: Siento que al final resultara una entrada tan larga pero es que 897 páginas no dan para menos.

sábado, 10 de septiembre de 2011

EL TÍTULO EN EL TEXTO

Se había quedado tan hacha polvo, tan destripada, tan entregada a la soledad, que se había olvidado de su gran fuerza: "Soy Charlotte Simmons".

Página 200. Soy Charlotte Simmons. Tom Wolfe.

Supongo que ante ciertos estados del alma nos olvidamos de quienes somos. Supongo que no hay que caer en tan grave error pues eso precisamente es aquello que nos hace únicos. Supongo que es lo que debe servirnos para hacer frente a las trabas que se nos presenten en el camino. Hay que creer en uno mismo. Supongo.

jueves, 8 de septiembre de 2011

SNUFF. CHUCK PALAHNIUK

He decidido que no voy a contar mucho sobre la trama de esta novela pues me he dado cuenta de la dificultad que supone tratándose de Palahniuk, aunque no por eso dejaré de dar mi opinión sobre ella. No me gustaría quitarle encanto a la historia. Así pues sólo podría decir que todo comienza en la sala de espera de un set de grabación en el que una estrella del porno, sin duda venida a menos, trata de batir el récord mundial manteniendo relaciones sexuales con 600 hombres distintos, seguidos y en una misma toma. La trama se centra en tres de ellos, aunque los personajes serán cinco ya que habría que incluir a la actriz y a su asistente personal, cada uno de los cuales acude al rodaje bajo distintas motivaciones personales pero que una vez allí, compartirán algo más que el tiempo. Mientras los 600 guardan turno, el autor hace todo un estudio sociológico, sin desperdicio, de las personas que acuden al anuncio de convocatoria. A este respecto diré que me resultó más que curioso.

Palahniuk encuentra en este escenario el contexto ideal para desplegar su vocabulario más soez y descarado, supongo que el propio de la profesión de algunos de sus personajes aunque la verdad es que todos son bastante mal hablados, sin restarle sentido de humor. A pesar de lo disparatado y bruto de algunas anécdotas o comentarios, es imposible evitar la sonrisa, quizá precisamente por su atrevimiento.

En Snuff somos testigos de una industria de lo más decadente, en la que la imagen es lo que importa. Un mundillo sin escrúpulos, lleno de envidias y rivalidades al que nuestros personajes no podían escapar. Tres de ellos, los actores profesionales, se ven obligados a ser esclavos de su imagen, aunque en realidad lo que les obsesiona es lo que un día fueron y ya no son. Personalmente, son víctimas de su pasado, acosados y atormentados por sus propios fantasmas, temerosos de que la imagen y la opinión que los demás tengan de ellos les lapide en un negocio donde eso precisamente es lo que te da la vida o te hunde, más cuando a lo que te dedicas es lo único que sabes hacer en la vida. En contrapartida a esto, la esperanza estará en los dos jóvenes, los daños colaterales, aunque igualmente sus traumas del pasado son lo que los empuje a actuar de una forma u otra.

A pesar de este drama, sí hay una cosa que me pareció interesante. Los capítulos están encabezados por los distintos personajes en función de quién nos de su visión de lo que ocurra, bien, pues los capítulos de ella, la asistente personal, están llenos de anécdotas supercuriosas sobre pelis, rodajes y actores no tanto del mundo del porno, que también las hay aunque dudo mucho de su autenticidad, sino del mundo del cine clásico y siempre aportadas por el mismo personaje, la actriz. Creo que es un contraste muy llamativo. Y aunque parezca una tontería y estoy segura de que no son reales aunque los encargados de titularlas se rijan por la misma originalidad, me hicieron mucha gracia los títulos de las pelis a los que se hace referencia.

En definitiva y para ir terminando, pues siendo crítica y objetiva, no se merece más, una novela que no sé hasta qué punto puede aportar algo a la persona de quién la lea más que el hecho de ser entretenida y estar llena de giros, pero que sin duda será difícil de olvidar por lo inusual del escenario, de la temática y de los personajes. Increíble final, nada que se pueda llegar a imaginar. De cualquier manera sí diré que me gusta más el Plahniuk de El Club de la lucha.

Un saludo, Lola.

P.D: Por favor, atención!, no tiene desperdicio el padre adoptivo y el extremo detalle al que lleva su afición por las maquetas. Cómo se le puede ocurrir a alguien un personaje secundario así?

P.D.2: Me encanta el diseño de su portada.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

LA MUJER DEL VIAJERO EN EL TIEMPO

La mujer del viajero en el tiempo es una novela que he leído despacio, creo que empecé como hace tres o cuatro meses, todo un despropósito, lo sé, pero siempre retomé su lectura con buen ánimo pues era como si nunca lo hubiese dejado. Supongo que eso es algo que dice mucho de su autora, Audrey Niffenegger.

Por fin terminé, fue a principios de agosto, y sólo tengo buenas impresiones de esta historia aunque no pueda evitar un par de peros. Al principio cuesta seguirle el ritmo, es difícil centrarse en las circunstancias, cuanto menos especiales, de los protagonistas. En un primer momento hay mucho viaje y mucha diferencia de edad entre ellos. Quizá el problema está en tratar de encajar los dos tiempos, ya sea pasado, presente o futuro, y eso es algo que me obsesionó desde la primera página, pero es cuestión de acostumbrarse, además la cosa se lleva mejor cuando la trama alcanza el tiempo presente de los dos protagonistas.

La mujer del viajero en el tiempo es Clare, una joven escultora procedente de una familia acomodada que a los 6 años conoce al que asegura será el amor de su vida en el futuro de ambos. Ese hombre es Henry, un bibliotecario hijo de músicos que se ve obligado, y así lo creo ya que no tiene voluntad para decidir sobre este asunto, a viajar en el tiempo. Se conocen una tarde de verano de 1977, aunque no será la última puesto que años después volverán a conocerse, en el presente. Así la novela narra todo ese proceso de desarrollo personal de ambos personajes, más evidente en Clare pues podemos observar las distintas formas en que ve a Henry según van pasando los años y él va apareciendo en su vida y ella va haciéndose mayor. Es por eso mismo que creo que el título está elegido a la perfección. Al principio pensaba que el protagonista indiscutible debía ser el propio viajero, el que nos narra la historia, por eso no entendía que se le diera tanta importancia a su mujer. Vale que la persona de la narración va cambiando, pero para mí, siempre tuvieron más fuerza las vivencias de Henry. Luego me di cuenta de que, en realidad, la evolución a la que asistimos es la de Clare. Me di cuenta de que, en realidad, la vida que vivimos es la de ella. Me fascina el personaje de Clare pues transmite una sensación de libertad y romanticismo que parece muy propia del mundo del arte al que representa, es como un estilo de vida, una forma general de pensar o de comportarse, y es admirable el amor que siente hacia Henry.

No tengo ninguna duda de que es la historia de amor más bonita sobre la que haya leído nunca, un amor capaz de superar las barreras del tiempo y el espacio, un amor incondicional, incuestionable y sincero entre dos personas que se saben destinadas a ser el uno para el otro hasta el fin de sus días. QUIZÁ LO QUE SIGUE NO DEBERÍAN LEERLO AQUELLOS QUE AÚN NO CONOCEN ESTA HISTORIA... pero no puedo pasar por alto el toque amargo y frustrante que siempre me acompañó y que no niego que pueda formar parte de un desencanto personal, a lo mejor alguien piensa diferente de un amor que a todas luces parece tan idílico. Siempre cuestioné la originalidad del enamoramiento de Clare, quiero decir que no sé hasta qué punto ella se habría enamorado de él en el presente de ambos si Henry no le hubiese confesado, cuando ella era aún adolescente, que en el futuro estarían juntos. Siempre creí que Clare se enamoró de la persona que sería Henry, la que la visitaba cuando era pequeña, y no del Henry que conoce en la biblioteca Newberry. Creo que en cierto modo él la privó de una vida amorosa que debería haber tenido a causa de la sombra de su amor futuro, claro que igual puede que el destino les hubiera puesto en el mismo camino pero no creo que Clare mereciera esa coacción o presión ante la certeza de Henry.

No pretendo enrollarme mucho más pero es que esta novela me recordaba mucho a una peli que vi hace tiempo, El efecto mariposa, y siempre quedé a la espera de los daños colaterales futuros puesto que resultaba evidente que Henry hacía y decía cosas que deberían haber cambiado el transcurrir de los acontecimientos. Sabéis...? hay una parte de la personalidad de Henry que nunca llegué a creer.

Estoy deseando ver la película, que creo que titularon Más allá del tiempo, aunque sea bajo las condiciones más precarias. Y desde luego, la lectura de esta novela y el descubrimiento de su autora hacen que me plantee seriamente Una inquietante simetría, otro de sus títulos recientemente publicado. Me pasó algo curioso con éste porque lo vi montones de veces pero me costó reconocer a ambas autoras como la misma.

Un saludo, Lola.

P.D: Ya está hecho pero costó desengrasarse.

martes, 6 de septiembre de 2011

DE VUELTA EN CASA

Todo lo bueno se acaba y mi caso no iba a ser la excepción. Aunque no lo creáis, ya echaba de menos el contacto con el mundo exterior, necesitaba volver a la rutina, claro que nadie dijo que fuera fácil.

Creo que sufro de jet lag porque anoche eran las 3 de la madrugada y yo me sentía como si fueran las 3 de la tarde, casi podía haber aprovechado para escribir esto pero, es algo que pueda afectar sin haber cambiado de franja horaria? Al menos para mí la semana empezó con un día menos...y ya sé que para otros acabará con un día menos.

En cuanto a las vacaciones, todo fue según lo previsto, vengo super relajada, quizá demasiado, y he leído bastante, cosa que me alegra. Ya os pondré al día de todo pero primero me toca a mí ponerme al día.

Espero que vosotros también hayáis disfrutado del verano. Un saludo, Lola.