jueves, 28 de abril de 2011

CUENTITIS. MONI PÉREZ Y RAFAEL ORDÓÑEZ.

Pues es que resultó que hoy tuve la oportunidad de leer este libro-cómic infantil que a mi parecer no lo es tanto, que da una vuelta de tuerca a los tópicos más típicos de los cuentos clásicos, con un toque de irónica maldad, sólo perceptible por la mirada crítica de los adultos, y que ilustra mi admirada Mónica Pérez, admirada desde que la descubriera en su álbum Amordiscos, casi me creí morir de estupidez cuando el año pasado me enteré pero tarde, de que firmaba en la Feria del Libro de Madrid.

No me olvido del autor, Rafael Ordóñez, a fin de cuentas es quién me ha hecho pasar el mejor rato del día.
Que más os puedo contar, princesas hartas de comer perdices, ogros que no pueden comer más de tres niños al día por cuestiones de salud, menos si son gorditos, Geppettos que hacen mentir a Pinochos para hacer patas de sillas con sus narices o una Rapunzel enfadada con el príncipe y que para demostrarlo se hace un moño. Todo ello en forma de tira cómica.

Lo único que da rabia es que se acabe. Aunque podría comprármelo y leerlo una y otra vez. Quizá publiquen una segunda entrega, quién sabe.

Pongo alguna de las tiras con el permiso de Moni y de Rafael Ordónez, claro. Y éste es el enlace al blog de la ilustradora por si os interesa conocer su trabajo. http://elgatodepapel.blogspot.com/

Un saludo, Lola

lunes, 18 de abril de 2011

Una de dibujantes: El invierno del dibujante y El Gran Vázquez

Pues sin saberlo y sin pretenderlo resultó que la película que vi el jueves pasado está relacionada con uno de los últimos cómics de Paco Roca.

El invierno del dibujante es la novela gráfica con la que Paco Roca quiere acercarnos a la situación de los dibujantes de historietas a finales de los años 50. En un mercado monopolizado por la Editorial Bruguera, en el que a los dibujantes se les paga a razón de las páginas que entregan y se les obliga a renunciar a los derechos sobre sus personajes - para que así la editorial pueda publicarlos una y otra vez como lo hicieron durante los meses en que los dibujantes faltaron, sin que los lectores pudieran darse cuenta - un grupo de valientes dibujantes, Cifré, Conti, Escobar, Giner y Peñarroya, ponen en marcha un sueño, un ideal en forma de revista, el Tío Vivo, que pretendía ser editada y gestionada por los propios dibujantes. Es la primavera del 57 aunque el autor prefiere comenzar la historia a finales de 1959, momento en que los dibujantes se ven obligados a abandonar su sueño y volver al redil de Bruguera - por lo que se deja entrever, la editorial tuvo algo que ver en el fracaso y no era la primera vez que trataba de acabar con la competencia -.

La verdad es que es fácil hacerse una idea de la forma en que se veían obligadas a trabajar estas personas, bajo condiciones muy duras y poco agradecidas. Siempre bajo la atenta mirada de la censura y en una sociedad carente de libertades como carentes de derechos estaban en sus puestos de trabajo. Algunos de estos dibujantes fueron en su día periodistas obligados a dejar su profesión con la llegada de Franco al poder, otros tuvieron que marcharse a Francia y otros llegaron a estar en la cárcel por defender sus ideas. Tratar de emprender este proyecto fue como una forma de expresar su necesidad de libertad, de esperanza, como una forma de luchar por sus ideas aunque fuera a otro nivel, no ya en lo referente a la política, si no es la forma que habían elegido para sobrevivir, haciendo aquello para lo que tenían un talento innato. Aunque no todo era negativo, siempre contarían con el reconocimiento de sus compañeros y con el de los cientos de lectores que compraban las revistas y seguían las aventuras de Zipi y Zape, don Pío, Gordito Relleno o Carioco.

Me gusta la estética de Paco Roca. Resulta muy agradable y me gusta el contraste que crea entre las épocas que se cruzan en esta historia. Por un lado el invierno frío, gris, triste y decepcionante. Un invierno de resignación y aceptación de una realidad frente a la que no pueden luchar. El invierno en que deben volver al trabajo en la Editorial Bruguera. Por otro lado, la época en que deciden dejar de ser explotados por la editorial y poner en marcha el Tío Vivo, con páginas de colores más cálidos llenos de la esperanza e ilusión de la primavera y el verano de un año que invitaba a soñar con la libertad y la justicia en relación a los derechos propios del creador.
Me encantaron sus ilustraciones de ambientes con los que empieza cada época.


Por último quisiera destacar el escrito en forma de epílogo de Antoni Guiral, La esperanza del dibujante en el que creo que refleja bastante bien el sentimiento de la época. Y me gustó mucho el anexo final con las minibiografías de todos los dibujantes que protagonizaron esta historia.

Y El Gran Vázquez dirigida por Óscar Aibar y protagonizada por Santiago Segura en el papel del dibujante Manuel Vázquez, película que vi antes de leer el cómic y que cuenta la vida de este entrañable sin vergüenza, carente de escrúpulos que no tenía reparos en timar ni a las varias mujeres con las que se casó con tal de sobrevivir y salirse con la suya. Es una historia divertida con una estética muy del tebeo de esa época, me reí mucho con las múltiples invenciones de Vázquez, hay que reconocerle el mérito. Manuel Vázquez también trabajó, o intentó trabajar - digo lo de intentó por que no paraba de escaquearse de sus obligaciones -, para la Editorial Bruguera y fue compañero de penas de los personajes que aparecen en el cómic de Roca, en esto me dió un poco de rabia no haber leído el cómic antes por eso de haber intentado identificarlos. Pero la verdad es que es un personaje que me gusta mucho, tanto en la película como en el cómic, por su sinceridad y por no tener reparos en decir las cosas como realmente son si perder su toque de humor tan característico. Además es curioso porque sus andanzas debieron ser legendarias pues algunas aparecen tanto en la película como en el cómic.
Sin embargo el personaje que me descuadra es el de Ibáñez, en la película parece ser gran admirador de Vázquez pero en el cómic no aguanta las comparaciones, es más negativo, más retraído.



Muy recomendables ambos, sobre todo para aquellos que de pequeños o de mayores soñaran con las historias del Pulgarcito, el TBO, el DDT.

Un saludo, Lola.

jueves, 14 de abril de 2011

Corteo

Ya sé que esto no tiene mucho que ver con el mundo de los libros. Me ha costado decidirme pues en eso soy estricta y es por eso mismo que he tardado tanto en escribir esta entrada. Pero creo que la ocasión lo merece.


El domingo pasado, 10 de abril, fui a ver Corteo, el nuevo espectáculo del Cirque du soleil y desde el momento en que se abrieron las lonas de la carpa, mis pies tocaron el suelo del pasillo que conducía a los asientos y mis ojos repararon en el escenario, me embarga una emoción que me es muy difícil explicar sin que el vello se me ponga de punta como lo hizo entonces.

Vale que me entusiasmo con poco y que con el tiempo se me pasa; vale que puedo llegar a obsesionarme hasta el punto de aburrir a quienes me rodean, - pido perdón por ello a quienes me sufren con resignación -, pero desde el domingo, un nuevo mundo se ha abierto ante mis ojos.

Antes de Corteo era un poco escéptica con este grupo de equilibristas y malabaristas, no me interesaban lo más mínimo, pero el destino puso en mi camino a una prima de turismo en Madrid con una lista de cosas que debo hacer antes de morir y unas entradas asequibles, lo que unido a mi incapacidad para decir no a cualquier plan para un fin de semana sin planes, hizo que ese mismo destino me pusiera en Puerta del Ángel un domingo a las 16 de la tarde. A partir de ese día, soy una fan incondicional.

Corteo es magia, es romanticismo a través de la música, del vestuario, del sentimiento que transmiten sus protagonistas, de una historia de vida y muerte. Son horas de trabajo, esfuerzo, concentración. Es hacer fácil lo difícil y disfrutar haciendo disfrutar a los demás. Es un espectáculo maravilloso, asombroso y altamente recomendable.



Un saludo, Lola.

P.D: tiene efectos secundarios. Presiento que nunca podré quitarme de la cabeza esa musiquilla que no paro de tararear. Y estoy haciendo todo lo posible por repetir, nunca me cansaría de verlo.

miércoles, 13 de abril de 2011

LA FRASE DEL DÍA

Yo tenía diez años, y tú no parabas de decir:"¡Oh, Dios mío!", sin dejar de mirarme fijamente. Además, se te veía aterrorizado por tu desnudez, claro que por aquel entonces yo daba prácticamente por descontado que ese hombre mayor y desnudo aparecería como por arte de magia procedente del futuro y me pediría ropa -Clare sonríe- Y también comida..



La mujer del viajero en el tiempo. Audrey Niffenegger. Página 25.


Y aquí está el significado de la portada.

lunes, 11 de abril de 2011

LA CENA. HERMAN KOCH

Bien. Pues ya está. Leída. Y ahora, qué? Creo que al final no ha sido para tanto, lo que me tiene aún más desanimada pues esperaba mucho más de esta novela..., novela que por otro lado, sospecho olvidaré pronto.

El planteamiento era sencillo, los hermanos Paul y Serge Lohman, con sus respectivas mujeres, quedan para cenar en un restaurante obligados ante la difícil situación de tener que decidir sobre el futuro de sus hijos, metidos en un lío de los gordos. El restaurante elegido es uno de esos en los que si la cuenta da risa, más risa da la propina y en los que destaca más el vacío de sus platos que el contenido de los mismos - creo que Serge dice algo parecido al final de la velada -, y lo que al principio empieza como una cena relajada y distendida, que en realidad no lo es tanto pues Paul nos hace partícipes de las tiranteces que siente hacia su hermano, termina por desembocar en un desenlace fatal según se van poniendo de manifiesto los intereses de los distintos implicados.

Visto de este modo, la lectura tenía muchos puntos a favor y, de hecho, me gustó o al menos eso creo porque todo en mí termina por resultar confuso. Hay partes que no me cuadran, anécdotas de la vida de Paul, interesantes pero que bien podrían haber formado parte de otra novela pues en ésta parecen carecer de sentido, parecen no tener justificación por pillar por sorpresa al lector. Y luego hay planteamientos que tampoco me resultan claros o quizá sea que lo que no me parece claro es el punto de vista desde el que se exponen. Si me tengo que quedar con algo es con los postres, el digestivo -cafés y licores- y la propina, o lo que es lo mismo, la parte final de la cena, en la que se demuestra que, aquí como en la vida real, es el momento ideal en toda velada que se precie para sacar los temas más escabrosos.

Herman Koch usa su novela y a sus personajes para hacer una crítica de una clase acomodada holandesa que bien podría ser la de cualquier país desarrollado, de la educación transmitida de padres a hijos, sobre todo del ejemplo que los padres dan a los hijos y cómo influye en su comportamiento, de la violencia - mal justificada en esta novela, desde mi punto de vista -, de la imagen pública y de lo políticamente correcto. Sus personajes aparecen marcados por prejuicios sociales que por otro lado considero que no pueden ser motivo de crítica pues cualquier persona es susceptible de caer en ellos, sólo hay que pararse a pensar, pero que a la vez son egoístas y desquiciados en una sociedad en la que todo el mundo se cree con derecho a hacer lo que sea necesario para conseguir un fin, es cuestión de escrúpulos y límites personales. Celos y envidias en el entorno familiar que se confunden con el amor y el anhelo de la búsqueda de la felicidad y la estabilidad. Después de todo parece una novela bastante completa.

- Nota: si no has leído la novela, quizá deberías saltarte los dos párrafos siguientes, es posible que a Lola se le haya ido un poco la pinza -

Hay una idea que marca toda la trama y que es la que me ha llamado más la atención. El autor trata de hacernos creer que ciertos comportamientos humanos, en este caso los relativos a la violencia - no sé si este fenómeno se podría extrapolar a otro tipo de actuaciones - están relacionados con la genética, con genes que se heredan de generación en generación, sin que la educación o el ejemplo paternos tengan poco o nada que ver. Por otro lado es imposible no sentir cierta repugnancia frente a la impunidad de actos que deberían ser castigados, más cuando son casos que vemos en la vida real. Creo que eso es lo que lo hace tan escandaloso, el poder identificarlos con algo real.

El personaje que más despistada me deja es Paul, el protagonista y narrador de la historia, al principio es un hombre con cierto encanto, irónico y mordaz, que mantiene una buena relación de pareja con su mujer y se lleva bien con su hijo, pero según va avanzando la historia, su grado de violencia va en aumento, con pensamientos y comentarios que a todas están fuera de lugar y con recuerdos pasados tremendos, una locura que termina por contagiar a toda la familia. Quizá fuera esa la intención de Koch, confundirnos con primeras impresiones, nada acertadas – por nuestra parte, claro -.

Qué más puedo decir... Una lectura que, sin explicación aparente pues el desarrollo es dinámico y el lenguaje directo, se me ha hecho larga y de la que no he podido sacar conclusiones claras. Igual es cuestión de tiempo y un día de estos despierto con la clave.

Un saludo, Lola.

P.D: Releyendo mi propia reseña me parece que puedo estar satisfecha porque resulta tan confusa como mis sentimientos hacia la novela.

viernes, 8 de abril de 2011

Cumpleaños

Bueno pues, al parecer, un día como hoy, hace un año, empecé con esto. Me he dado cuenta al ojear reseñas antiguas, podemos decir entonces que ha sido una cuestión de curiosidad. Mi primera reseña fue de la novela Una lectora nada común de Alan Bennett, un libro sobre las aficiones lectoras de la Reina Isabel II, novela que tengo en buena estima. No recuerdo si la idea de hacer un blog me rondaba de antes o fue a raíz de esta lectura que decidí ponerme manos a la obra, -aunque si fuera por esto último tampoco se puede decir que tenga mucho sentido pues no se habla de nada al respecto en esa historia, supongo que alguna tendría que ser la primera, así que imagino que algo ya se sospechaba, al menos días antes-. De lo que sí estoy segura es de que no tenía ni idea de nada del mundo de los blogs, todo me sonaba a chino -a lo que me suena todo lo tecnológico- y la verdad es que no creí que fuera tan fácil. Así que he de decir que la parte técnica se la debo a un compi del trabajo. De cualquier manera y fuera como fuere que se desarrollaran los acontecimientos, estoy muy contenta de haberlo hecho porque de algún modo me he dado cuenta de que esto enriquece a nivel personal, ha conseguido que mi interés por la lectura aumente, si es que eso era posible, y me ha puesto en contacto con una comunidad agradable, que me gusta y a la que agradezco el apoyo. En fin que creo que no se puede pedir más. Tampoco es mi intención enrollarme más de lo que ya lo he hecho. Sólo que espero que cumpla muchos más, a mí me apetecería mucho.

Pues dicho esto, me despido. Un saludo, Lola.

lunes, 4 de abril de 2011

Mi primer premio

La verdad es que no sé por dónde empezar, creo que lo primero sería dar las gracias a Margari que desde su blog Mis lecturas y más cositas se acordó de mí cuando tuvo que otorgar el premio – enhorabuena la resto de premiados! -. Muchas gracias por tus comentarios, no sé cómo lo haces pero si no es siempre, casi siempre, eres la primera y eso, leer tus comentarios, me alegra mucho. No puedo hacer otra cosa que devolverte el premio, así que uno de mis diez es para ti.

Con esto me he dado cuenta de que no era consciente de lo importante que es el apoyo de otras personas hasta que se tiene, sobre todo en algo tan subjetivo como opinar, en algo en lo que se puede no acertar, en algo en lo que siempre se tiene la duda de si le podrá interesar a alguien. Por eso también quiero dar las gracias al resto de personas que se acuerdan de este blog y que, de vez en cuando, lo visitan y dejan sus comentarios y opiniones gracias a los cuáles me permiten ver las cosas de otra manera o considerar aspectos en los que antes no había reparado. Lo mismo ocurre cuando soy yo la que visito otros blogs y leo vuestras opiniones, gracias también por eso.

Bueno y creo que después de esto me toca dar el premio The best friend in this world. Ahí vamos:


-Carmen por Carmen y amig@s.
Sé que lo tienes pero te lo debía por ser una de las primeras y porque en tu blog encuentro respuesta a muchas preguntas.

-Carol por su 10.15 Saturday night
También sé que tienes muchos de éstos pero me encanta visitarte y leerte. Así que creo que puedes tener un más, el mío.

-Los gibbium y el resto de contribuyentes del blog Y tú, qué lees?
Siempre me pareció una buena idea la que tuvieron al crear este blog y aunque debería hacerlo más a menudo, siempre que puedo me pasó por allí. Tenía que hacerlo por proximidad física y emocional.

-Noentrobcap y Lo que leo
Hace mucho que no escribe en su blog pero espero que lo retome pronto.

-Carmen y su Todo lo que leo
Desde aquí mi empujoncito para tu nuevo blog.

-María Oliver y su blog María Oliver (Viste no visto)
Me río mucho con algunas de las entradas de tu blog.

-Pulgacroft y sus Viajes desde el sillón
Coincidimos en lecturas y eso me gusta.

-Mario por Nenúfares efervescentes
Me gusta lo que escribes y por enriquecer mi cultura cinéfila, gracias.

-Rosalía y Frases que leí
Creo que por éste no tienes premios, además soy fanática de las frases literarias.

-Kyra y Hojeando mundos
Mi parte literaria más juvenil.

Perdonadme si he sido demasiado pastelosa, sé que me he enrollado un pelín, pero es que en verdad ha significado mucho para mí y espero que estas palabras sepan expresarlo.

Ah! y se me olvidaba un pequeño detalle. Tres verdades: me encantan los veranos en la sierra, me muero por las galletas de chocolate y soy adicta a la coca-cola. Tres mentiras: nunca llevo más de dos lecturas al tiempo, el móvil es una extensión de mi cuerpo y me gustan los días soleados cuando trabajo en turno de tarde, los adoro.

Un saludo, Lola.

P.D: Siento no haber hecho esto antes, pero cuando se está de obras y en turno de tarde, los fines de semana quedan reservados para cosas como elegir suelos, azulejos, pinturas, discutir con el albañil, con la familia, recorrer tiendas de muebles. En fin...así es la vida.