martes, 19 de marzo de 2013

Que empiece la fiesta. Niccolò Ammaniti

Lo terminé ayer y aún hoy no puedo evitar sonreír al recordar alguno de los pasajes de esta novela. Tengo que decir que me ha parecido una historia rocambolesca, muy divertida, original y llena de giros extraños que muestran la extarodinaria y envidiable imaginación del autor. Una novela de humor negro, irónico, despiadado y políticamente incorrecto cuyos personajes son el fiel reflejo de las bajezas humanas pero no por eso carentes de carisma. Son egoístas, envidiosos, aprovechados, egocéntricos, machistas, narcisistas, alcohólicos y pastilleros -creo que no se me olvida nada- pero todo ello tratado con una inocencia, una transparencia, una sencillez y una ridiculez tales, que pensado fríamente, da miedo sentir algún tipo de simpatía por ellos aunque, de hecho, es inevitable.

La novela se contextualiza en el evento del año en Roma: la fiesta que dará Sasà Chiatti en su Villa Ada, un parque público que el gobierno romano vendió a éste, su mejor postor, pese al rechazo de los vecinos. Sasà no escatima en gastos, quiere demostrar de lo que es capaz un joven sin recursos que amasó su fortuna desde lo más bajo. Organizará tres cacerías temáticas dentro del recinto de su propiedad, un concierto de una de las cantantes más de moda del momento, Larita, y un espectáculo de fuegos artificiales con el que se pondrá fin a todo un día de fuertes emociones. Además, para que a sus invitados, lo mejor del panorama público, no les falte qué beber ni qué comer, el anfitrión ha contratado el mejor catering conocido, el que dirige un extraño e imprevisible cocinero búlgaro dotado de fama mundial y muy apreciado por los entendidos. Entre futbolistas, cantantes, diseñadores, modelos y presentadores de televisión, destaca uno de los protagonistas, Fabrizio Ciba.

Fabrizio se describe a sí mismo como un joven escritor, comprometido con cualquier causa de carácter social, modesto y humilde, con un toque sensible y alternativo, pero en realidad es un joven escritor, egocéntrico, machista y demasiado pagado de sí mismo para mi gusto, adora la fama y que lo alaben, sobre todo las mujeres. Yo, en realidad, creo que es un joven escritor, inseguro e inmaduro, atormentado por el éxito de su primera novela y que según la crítica no ha vuelto a conseguir con ninguna otra obra posterior, vive con el desasosiego y la incertidumbre de no saber si será capaz de volver a escribir algo que realmente merezca la pena ser escrito. A pesar de todo esto, es el personaje con el que más me he reído y el típico personaje al que por ello, se le puede perdonar cualquier cosa que haga, diga o piense.

También acudirán a la fiesta, por un capricho del destino o de Satanás, los integrantes de las Bestias de Abadón, una secta en crisis para la que esta oportunidad de sembrar el caos, supone la última ocasión para demostrar lo que valen como satánicos frente a la competencia de otras sectas italianas. Saverio Maneta, alias Mantos, es su líder. De día trabaja para su suegro en una tienda de muebles y vive subyugado a los deseos y caprichos de su mujer, pero de noche y en reuniones semanales, dirige a este grupo de tres, Murder, Zombi y Silvietta, en las que se suponen son actividades satánicas, básicamente, orgías y sacrificios.    En realidad, creo que Mantos sólo desea demostrar su valía y sentirse apreciado por otros seres humanos, aunque tengan que ser éstos.

A esto dos protagonistas se les van uniendo un sinfín de secundarios para terminar dibujando toda una realidad siempre basada en las apariencias.Y así, se van alternando los capítulos y la fiesta va transcurriendo hasta acabar de la manera más inesperada posible y dando forma a una agradable lectura. Altamente recomendable.

Un saludo, Lola.

PD: Me uno a la petición que lanza Ammaniti hacia las autoridades italianas para que mejoren la conservación de Villa Ada, creo que los espacios verdes en las grandes ciudades deberían ser bienes muy preciados por sus habitantes porque suponen un respiro, en todos los aspectos, respecto de la vida diaria.

sábado, 16 de marzo de 2013

LA FRASE DEL DÍA

Quizá tienen razón, podría echarme de novia a Simona.
En efecto, tenía muchas dotes para ello la actriz de Subiaco. En primer lugar, era rematadamente tonta, y a Fabrizio le encantaban las tontas, porque bebían de su personalidad como frisones de un abrevadero.

Página 153. Que empiece la fiesta. Niccolo Ammaniti.


¿Se puede ser más pedante, más machista, más egocentrico, más... y aún así resultar gracioso?

viernes, 8 de marzo de 2013

La mujer de verde. Arnaldur Indridason

Durante la celebración del cumpleaños de Tóti, el hermano de uno de sus amigos descubre que el bebé de la familia juega con lo que está convencido es un trozo de costilla humana. Es el propio Tóti quien conduce a su madre y al resto de invitados al descampado donde encontró el objeto que para él no es más que una extraña piedra, en el que está siendo el mejor cumpleaños de su vida. Los agentes de la policía, Erlendur, Elínborg y Sigurdur Óil, no tardan en llegar al lugar, una zona residencial de nueva construcción, para descubrir un cadáver enterrado en misteriosas circunstancias que podría datar, según las primeras averiguaciones, de los años en que ingleses y americanos se instalaron en Reikiavik, durante la II Guerra Mundial. Comienzan las excavaciones y con ellas se va desenterrando la terrible historia de una mujer y unos niños sometidos a constantes abusos, obligados a convivir día y noche con el miedo y la incertidumbre, maltratados por el asesino de almas -así es como lo denomina su hijastra- que es su padre. Lo más duro de esta historia es ver como una persona puede llegar a morir en vida, cómo es capaz, no de acostumbrarse, pero sí de conformarse con lo que tiene cuando se ha dado cuenta de que, haga lo que haga, nada es suficiente y nada lo evita porque lo que sufre no tiene causa ni justificación.

Paralelo a este suceso y según se va desarrollando la investigación, se conocen datos sobre otros hechos ocurridos en la misma época y en la misma zona y también sobre la vida del propio Erlendur, los orígenes de su familia, su dramático divorcio o la casi inexistente relación con sus hijos. De esta forma, los saltos entre el pasado y el presente a lo largo de la novela son constantes y están narrados de tal manera que otorgan cierto encanto, triste y melancólico, al relato dando lugar a una obra tan fría y tan gris como supongo son los inviernos en Islandia.

El autor se sirve de esta novela y de sus protagonistas para dar buena cuenta de todo ello, de la violencia que el ser humano es capaz de descargar sobre otros a los que considera inferiores y a los que somete por el simple placer de demostrar el poder que puede ejercer sobre ellos. Al mismo tiempo, dibuja una época y la vida de unas mujeres que se veían obligadas a trabajar y a servir sin descanso, siempre juzgadas por lo que hacían o se creía que hacían, siempre sujetas a la desconfianza y el recelo del resto y que carecían del apoyo y comprensión de familiares y vecinos en los momentos difíciles.

Por último, quiero decir que me gustó mucho un detalle que el autor tiene al final de la novela cuando se nos da a conocer el nombre de la mujer que protagoniza esta historia porque no hay que olvidar que las personas que sufren este tipo de abusos tienen nombre y apellidos y no es justo que se vean reducidas a números que pasan a engrosar listas de víctimas.

Un saludo, Lola.