lunes, 29 de abril de 2013

Lágrimas en la lluvia. Rosa Montero

Lágrimas en la lluvia es la última novela de Rosa Montero. En esta ocasión y por primera vez, la autora se atreve con el género de la ciencia-ficción. El resultado, una historia aceptable. He de reconocer que últimamente se me gana con poco -estoy empezando a preocuparme por esta fijación, es una pena que no os pueda pedir opinión por miedo a desvelaros parte de la trama pero creedme cuando os digo que lo que me pasa es, cuanto menos, raro-, pero lo que no puedo hacer es negar que la novela es entretenida y que sus protagonistas, salvo por algún pero -siempre tiene que haber algún pero, sin ellos la vida sería perfecta y eso es imposible-resultan ciertamente carismáticos y entrañables, quizá por su rareza. Pero el caso es que, pese a que la sensación que uno tiene al acabar de leer la novela es agradable gracias a un final esperanzador, llevo un par de días dándole vueltas y creo que mi opinión ha empezado a cambiar -o a adquirir ciertos matices-. En verdad y tratando de ser lo más objetiva posible, la novela no es especialmente original y con esto no quiero restarle mérito a la autora, al caer en varios tópicos propios de este género futurista, androides, replicantes, humanos, alienígenas, desarrollo de la tecnología doméstica y sanitaria, extinción de especies, polución y desgaste del planeta...En fin, nada que uno no sea capaz de imaginar en un futuro más o menos lejano. Además, en relación a la trama, creo que al final son varias las incógnitas que no llegan a verse claras, hay motivaciones e implicaciones que no se resuelven y ni siquiera, el fin primero del caso tiene sentido. Los giros tratan de ser inesperados y a veces sí que resultan sorprendentes, pero no llegan a ser creíbles. No sé, pero empiezo a pensar que es un quiero y no puedo. Incluso en el desarrollo de los personajes, Montero utiliza fórmulas y detalles en las descripciones que luego repite como si no tuviera imaginación para la variedad -creo que abusa más que sus personajes del empleo de la cirugía estética-.

Dejando de lado lo dicho anteriormente, sí que Lágrimas en la lluvia sirve para darse cuenta de la universalidad de los sentimientos, quiero decir que con independencia del contexto, del tiempo, el espacio y la especie, los sentimientos permanecen. Al final todo se reduce a lo mismo, puede que el género de la novela no os resulte atractivo pero os puedo asegurar que, por encima de todo, Rosa Montero hace una serie de reflexiones y planteamientos relativos a sentimientos angustiosos tales como el desasosiego por una muerte certera pero injustamente prematura, el miedo a la soledad pero también el miedo a la compañía, el dolor de la pérdida, la búsqueda de la identidad, la idea de no ser recordados una vez desaparecidos, la desconfianza ante lo diferente o lo desconocido. Sentimientos que siempre estarán ahí sin  importar la manera en que se cuenten. Con esto es con lo que me quiero quedar de esta novela.

La historia, de ambiente futurista, es una historia de asesinatos y conspiraciones -esto parece que se mantendrá por muchos años que pasen y por mucho que evolucione la humanidad-. Una novela policíaca situada en el Madrid del año 2109 y que tiene como protagonista a la detective privada Bruna Husky. Bruna es una replicante de combate retirada que se verá, literalmente, asaltada por un caso en el que varios replicantes han muerto en extrañas y violentas circunstancias. Todo parece indicar que se trata de una conjura con la que demostrar la peligrosidad de esta especie para la raza humana e implicar al principal partido político pero, con el transcurrir de los acontecimientos, se va desvelando un caso oscuro en el que nadie se librará de estar bajo sospecha. La extraña y peculiar Bruma, acostumbrada a trabajar sola, no tendrá más remedio que colaborar con el inspector Lizard y recurrir, en más de una ocasión, al memorista Pablo Nopal. Pero en su investigación, también se topará con seres de lo más peculiares que, creo, despertarán en Bruna sentimientos que creía olvidados.

En definitiva, una aproximación al género merecedora de tener en cuenta.

Un saludo, Lola.

P.D: No sé dónde leí que Rosa Montero encontró inspiración en la película Bade Runner, aquí os dejo el fragmento preferido de Bruna Husky,



P.D. 2: Me encanta la portada. De hecho, para ser sincera y no veo por qué no debería serlo, la primera vez que me interesé por esta novela fue precisamente porque me enamoré de su portada.

P.D. 3: Al parecer, Damián Campanario y Alessandro Valdrighi han adaptado esta novela, transformándola en cómic. Este artículo me ha parecido bastante interesante así que me pareció buena idea enlazarlo, Rosa Montero cara a cara con los adaptadores al cómic

lunes, 22 de abril de 2013

EL TÍTULO EN EL TEXTO



A veces Bruna sentía una pena tan aguda que pensaba que no podría soportarla.
Pero después siempre podía.
Lágrimas en la lluvia. Todo pasaría y todo se olvidaría rápidamente. Incluso el sufrimiento.



Página 242. Lágrimas en la lluvia. Rosa Montero.

jueves, 18 de abril de 2013

LA FRASE DEL DÍA



Te sorprendería saber las infinitas posibilidades de lo imposible.


Bruna Husky. Página 59.
Lágrimas en la lluvia. Rosa Montero.


Sí que es complicado estar tan seguro de algo o de alguien (aunque en este caso, el de la novela, todavía es pronto y supongo que el tiempo lo dirá). El tiempo siempre tiene la respuesta a este tipo de preguntas, quizá lo más difícil de llevar sea la espera.

lunes, 15 de abril de 2013

Salvajes. Don Winslow

Por fin me animé y leí Salvajes. Don Winslow no es nuevo para mí pero ésta era la segunda vez que lo intentaba con esta novela. Ya hubo un primer acercamiento creo que por el mes de junio del año pasado, pero no pudo ser. No es que no le tuviera ganas, Winslow es un autor que me encanta, supongo que los astros debían estar alineados de una determinada manera. Y la verdad es que estoy entusiasmada con la historia y con su final, más. De hecho, ahora que pasaron un par de días, no puedo imaginar un final mejor para este trío.

Chon y Ben son dos jóvenes californianos que se conocieron en la playa de Laguna jugando al voley. Eran tan iguales y tan distintos al mismo tiempo, que se hicieron inseparables y decidieron emprender un negocio juntos. Atendiendo al firme convencimiento de que si uno se dedica a aquello que le gusta no tendrá que trabajar en lo que le reste de existencia, comenzaron por analizar el tipo de cosas que se les daba bien hacer en la vida. Así, una vez descartados el sexo y el voley, aquello que les quedaba con posibilidad de beneficio era el cultivo de maría. Ben estaba seguro de que para que el negocio fuese bien, el secreto estaba en un buen producto y el mejor era el que proporcionaba una semilla llamada Viuda Blanca, que Chon, por su parte, no tardó en conseguir en uno de sus viajes a Afganistán, donde pasaba temporadas por asuntos de trabajo. Hasta el momento les ha ido bien pues han dado cierta flexibilidad tanto a sus vendedores como a sus compradores. Tienen una maría estupenda, una atención al cliente personalizada, gozan de cierto éxito, han hecho buenas  inversiones y tienen buenos contactos. El problema surge cuando el cartel de Baja se interesa por ellos y trata de "convencer" a Ben y a Chon de que trabajen para la Reina. Y no hay mejor manera de hacerlo para un cartel de mafiosos y narcotraficantes que conociendo el punto débil de los sujetos a convencer o lo que es lo mismo Ophelia, O para los amigos y superO o multiO para las amigas -el por qué del apodo mejor que lo descubráis cuando leáis la novela- . El amor te hace más fuerte pero también más débil -creo recordar que son palabras de la propia Reina aunque no sé si literales- y así será...

Una historia super emocionante y entretenida, cruel al mismo tiempo, y en la que se hacen referencias a los hechos relatados en sus novelas anteriores. Muy dinámica y con un cierto humor que es de agradecer. Pasó lo mismo en Muerte y vida de Bobby Z, creo que el estilo coloquial y desenfadado marcó una clara distancia respecto de la seriedad que reflejaba El poder del perro y que ahora en Salvajes, se repite con acierto. Un título curioso y... subjetivo, veréis, los salvajes siempre son los otros.

Oliver Stone llevó la novela al cine el año pasado y tonta de mí, no fui a verla porque aún no había leído la novela y no quería que la película me la arruinara. Ahora me tocará buscarla en el videoclub y tener un poco de suerte. Viendo el trailer parece que pinta bien y, por el momento, el casting me gusta aunque tardé en identificar a John Travolta.



Ya en 2007 otra de sus novelas fue adaptada al cine, Muerte y vida de Bobby Z, pero bajo mi punto de vista, debía basarse en otra novela o por lo menos esa fue la impresión que me dio mientras la veía. Resultó agotador y muy frustrante no reconocer apenas nada.

Después de lo mucho que me ha gustado esta novela, tengo muy claro cual será la próxima, Los reyes de lo cool, en la que se narran los inicios de Ben y Chon en el negocio de la maría. Me muero de ganas de hacerme con ella. Por si os interesa, os dejo los enlaces a las entradas que ya hice en su día de las otras dos novelas que leí de este autor, Muerte y vida de Bobby Z y El poder del perro, la que para mí ya es una novela mítica que podría pasar a formar parte de eso que llaman novelas de culto.

Un saludo, Lola.

P.D. Un saludo para mi primito. Os contaré algo que en su momento fue muy gracioso aunque no venga mucho al caso, quiero decir que es contaros mi vida y puede que no os interese hasta ese extremo. El caso es que ese mismo junio en el que intenté leer Salvajes por primera vez, en un día de espera, coincidí con mi primo que me preguntó qué estaba tratando de leer, Salvajes de Don Winslow, le contesté yo, gustosa de poder presentar a alguien uno de mis últimos descubrimientos, y él me dijo, Vaya! pues sí que tiene que ser bueno para que le trates de usted. Después de un par de minutos de desconcierto, caí en la cuenta de a qué se refería, Eh! que es Don de nombre no don de don. En fin, que nos echamos unas risas.

martes, 9 de abril de 2013

El mensaje que llegó en una botella. Jussi Adler-Olsen

Al fin, la tercera entrega de los casos sin resolver del Departamento Q de Copenhage. Y bien...[suspiro] que qué tengo que decir a respecto...[suspiro], pues la verdad es que me está resultando bastante complicado. Justo acabo de darme cuenta ahora. Veo que llevo ya unas cuantas líneas escritas y aún no he dicho nada al respecto de nada -sin contar, Lola, con el tiempo que has empleado en los suspiros y con el hecho de que las he leído y releído esas líneas unas cuantas veces desde que te has puesto delante del ordenador-. Podemos ir por partes si os parece bien -a mí me parece bien, Lola- aunque empezaremos por el final -ya sabía yo que había truco, que no iba a ser tan fácil eso de que por una vez en tu vida fueras un pelín ordenada-, que es mi opinión respecto de esta novela.

En cuanto a la trama, bastante interesante como siempre, intrigante y sobrecogedora en (muchas) ocasiones, sobre todo en los momentos en los que uno se da cuenta de lo retorcida que puede llegar a ser la mente de algunos seres, en este caso me ahorro lo de humanos, en cuanto a lo de hacer daño al prójimo se refiere. En esta novela, el autor hace una fuerte crítica a los movimientos religiosos que podrían considerarse extremos en lo que respecta a su hermetismo y a la interpretación y aplicación que realizan de sus escrituras -perdonad tanta cursiva pero hay ciertos temas sobre los que me resulta complicado referirme con cierta propiedad-. De hecho, es probable que esa rigidez sean la causa primera de la forma de actuar de nuestro sujeto protagonista y la consecuencia más evidente de sus motivaciones personales. Por otro lado, se desarrollan tramas paralelas que para mi gusto lo único que hacen es distraer(me), entiendo que en todo departamento de policía que se precie, no se trabaja sólo en un caso y que las pistas que surjan deben aprovecharse, pero no termina de convencerme. Respecto de los personajes, nada que añadir. A lo largo de la novela vamos conociendo más detalles sobre las virtudes y rarezas de cada uno de ellos. Surgen nuevos misterios y nuevas relaciones. Cada uno sigue con su papel, aunque Carl Morck a veces se me pierde un poco, es como que no lo reconozco. Por cierto, he echado mucho en falta los detalles sobre la relación entre Morck y su psicóloga -vaya, todavía te sigue gustando el cotilleo, Lola?-. Y en cuanto al estilo, pues muy bueno, continúa la línea de sus anteriores novelas, el autor no para de alternar personajes, tiempos y lugares consiguiendo que la acción sea muy dinámica y ágil hasta el punto de llegar incluso a crear la sensación de estar jugando continuamente al ratón y al gato, es una sensación de frustración estupenda y altamente recomendable.

En esta ocasión, lo que llega a la mesa de Carl Morck es el mensaje que unos pescadores finlandeses encuentran en una botella. Antes han pasado unos cuantos años en los que ha estado olvidada en el alféizar de la ventana de una comisaría sufriendo el maltrato de la condensación. Así que lo que aterriza en el Departamento Q es un trozo de papel de los años 90 en el que sólo se adivinan unas cuantas letras de lo que está claro es un mensaje desesperado de auxilio. Una vez salvado el escepticismo inicial ante la posibilidad de que todo se trate de una broma entre boy scouts, con el único propósito de llamar la atención, comienzan las investigaciones y todo apunta a que existen más casos como aquel que golpearon y golpean a familias pertenecientes a distintas sectas religiosas para las que el contacto con el exterior no es una opción. A partir de ahí, la intriga está servida.

Un saludo, Lola.

P.D: Hola voz en off, cuanto tiempo aunque no estoy segura de haberte echado de menos.