lunes, 30 de septiembre de 2013

La Zona. Javier Negrete y Juan Miguel Aguilera

Nunca me he sentido atraída por este tipo de literatura, ni por la que tiene que ver con el mundo de la medicina, y eso que mi madre es una fanática y en mi casa siempre ha habido libros de esta temática, ni de la literatura relacionada con el mundo zombie y apocalíptico que sé que no hace mucho se puso de moda, pero resulta que fui al cine a ver Guerra Mundial Z, no fui obligada para qué mentir, y supongo que este es el resultado de la resaca. Esta novela ya había pasado por mis manos creo que un par de veces, y fue a la tercera cuando me dije y por qué no.

Laura Fuster trabaja para la OPBW, la Organización para el Control de Armas Biológicas, investigando posibles objetivos de ataques terroristas biológicos o certificando presuntos laboratorios dedicados al desarrollo de armas biológicas para su destrucción, de hecho, es una médico de nivel 4, esa clase de científicos que tratan con lo peor de lo peor en cuanto a virus se refiere. Hace un año sufrió, junto con su ayudante, un incidente bastante traumático que la obligó a retirarse de sus investigaciones para recibir tratamiento. Ahora parece que ha llegado el momento de volver a la actividad, o al menos eso es lo que sospecha cuando al abrir la puerta de su casa, es su jefa la que llama. Annia le ofrece un caso sencillo, justo lo que necesita para volver al trabajo, sin presiones ni estrés. Acaban de recibir un aviso de una población almeriense sobre varios casos de meningitis, Laura sólo tendrá que viajar a Matavientos a certificar que se trata de casos aislados, poner en marcha los protocolos necesarios para su control y, de paso, pasar unos días disfrutando de España, su país de origen. ¿Qué problema había en aceptar si hasta su psicólogo había dado el visto bueno?

Matavientos es una población próxima a El Ejido dedicada a la producción de fruta y verdura. ¡Sus invernaderos pueden verse desde la Luna!. Treinta mil hectáreas con una cosecha anual de tres millones de toneladas. Una vez que Laura se instala sobre el terreno junto con su ayudante Eric, las autoridades de la zona parecen haber dispuesto todo según el procedimiento establecido para casos como éste. La zona está en cuarentena y las telecomunicaciones han sido cortadas por el ejército para evitar que cunda el pánico en poblaciones vecinas. Pero, antes de preparase para entrar en la Zona Caliente, deben analizar la conversación que mantienen por radio los dos ocupantes de la ambulancia enviada desde el Hospital de Almería para tratar a los enfermos y visualizar las imágenes captadas por un helicóptero militar. Algo más grave e inquietante está afectando a los habitantes de Matavientos y sólo hay una forma de averiguar a qué se enfrentan.

No es que esta novela trate en realidad de zombies aunque sería la primera palabra que a uno le vendría a la mente estando ante una de estas personas, si es que uno atina a pensar algo delante de un enfermo de estas características. Para que os hagáis una idea, La Zona podría ser algo así como la suma de dos películas, Estallido, por aquello de que un virus desconocido ataque a una indefensa población, y Guerra Mundial Z, bueno en este caso no hace falta explicación, masas de infectados violentos que atacan al resto de la población. Así que si las habéis visto y sois capaces de visualizar la unión de ambas, pues estaríais en la dirección correcta. Supongo que, además del aderezo siniestro, terrorífico y visceral, esta novela trata temas más profundos y subjetivos relacionados con la ética médica y la justificación de determinadas prácticas científicas y, sobre todo, con la legitimidad del objetivo y el fin último al que podrían dirigirse dichas investigaciones. En este caso, resulta ser  un planteamiento curioso, interesante y retorcido, encaminado hacia algo que últimamente y en más de una ocasión hemos oído mencionar, la insostenibilidad del Estado de Bienestar tal y como lo conocemos - quién diría que entre estas dos cosas pudiera haber algún tipo de relación - . Por otro lado, se plantean otra serie de cuestiones más terrenales relacionadas con la intolerancia, la desconfianza y el racismo, en una zona en la que la mayor parte de la población es inmigrante y donde ya se han producido incidentes de estas características con anterioridad. La verdad es que los autores ha elegido el marco perfecto en el que encajar todas estas ideas que tratan de abordar, y lo hacen a través de personajes que pueden resultar un tanto estereotipados y paródicos - no sé si existe esa palabra pero seguro que sabéis a qué me refiero - pero que, en verdad, existen.

No sé, en ocasiones he llegado a pensar que esta historia  no es nueva pero hoy en día, ¿qué lo es?, creo que a estas alturas todo el mundo es consciente de las bajezas de la naturaleza humana, de que el poder y el dinero corrompen y  que todo lo pueden, más allá de esto incluso hay varias líneas en la trama que me resultaron un tanto repetitivas, aunque lo que sí os puedo asegurar es que la narración es genial, estuve en vilo desde la primera hasta la última página y creo que eso tiene contar. En ocasiones ocurre que lo que se cuenta es conocido o puede ser  intuido por el lector, más en un mundo como el que nos rodea, pero la manera en se cuenta es lo que marca la diferencia.

Un saludo, Lola,

1 comentario:

  1. A pesar de que te haya gustado, esta vez no me dejo tentar, que es una temática que no termina de llenarme, ni en libros ni en cine.
    Besotes!!!

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