miércoles, 15 de enero de 2014

El silencio de la noche. Sherrilyn Kenyon

Hace un par semanas que terminé de leer esta novela, lo hice durante mis vacaciones de Navidad, pero yo diría que aún me está durando la resaca de todos estos días de celebraciones, tanto es así que no he podido ponerme con esto hasta hoy. Mientras pensaba en escribir esta reseña sin resolver a empezar, me he dado cuenta de que, cada cierto tiempo, necesito leer algo como esto. Me niego a denominarlo literatura de dudosa calidad, porque, a fin de cuentas, nadie debería decidir sobre los gustos del resto de los mortales, pero es verdad que no es lo que normalmente leo y quizá por eso me apetezca tanto. A saber...Todo el mundo tiene derecho a sus pequeñas rarezas. El caso es que esta autora tiene algo a lo que no me puedo resistir pese a que sus historias son bastante recurrentes y, últimamente, sospecho que están cambiando de dirección. Éstas últimas no siguen una línea tan contundente como ocurría en las primeras de la Saga, pese a lo que aún no ha renunciado a esos momentos que tanto caracterizan a sus novelas. Y yo, desde aquí, se lo agradezco.

El silencio de la noche tiene una particularidad respecto de las anteriores y es que, por primera vez, nos cambiamos de bando para ponernos en la piel de quien trae de cabeza a Aquerón y a sus Cazadores, del líder de los diamons, Strikerio.
En esta ocasión, Strikerio decide despertar a War, señor de la guerra, para deshacerse de Aquerón y de Nick Gautier, celoso del primero, al que culpa de la muerte de su último hijo, y como castigo por la muerte de su hermana al segundo. Ante esta tesitura, los dioses del Olímpo se reúnen para poner freno a sus planes conscientes del peligro que corre el equilibrio de poderes establecido, y Artemisa decide mandar a su mejor guerrera, Céfira, a quién esa tarea se le antojará más que gratificante. Strikerio tampoco cuenta con que War también intentará matarlo después de llevar a cabo sus deseos de venganza, y ahora que tiene algo por lo que desea vivir, no está dispuesto a ponérselo fácil a nadie. Así, tras una serie de contratiempos, deberá unir sus fuerzas a las de los Cazadores Oscuros y demás seres místicos y mitológicos de este mundo paralelo creado por Kenyon, para acabar con la amenaza que supone el hecho de que War y sus dos compañeros de batalla, Ker y Maca, anden sueltos y con intenciones de acabar con la humanidad. Claro que esta alianza responde a una obligación por lo que la tregua sólo puede ser temporal.

Si toda esta explicación no queda lo suficientemente clara, supongo que en parte es normal, yo he leído varias de estas novelas y todavía hay detalles que se en escapan, o igual es que también vosotros aún tenéis subido a la cabeza el Roscón de Reyes. Yo sólo puedo añadir que la historia me ha gustado pese a que, poco a poco e inexorablemente, se va perdiendo el encanto y la emoción que para mi tenían las primeras historias de los Cazadores Oscuros. No sé cuándo será la próxima vez que me de el arrebato de leer otra entrega de la Saga, hasta entonces...

Un saludo, Lola.